Versículos del Salmo 54 del libro de Salmos de la Biblia.
Cuando los habitantes de Zif vinieron a decir a Saúl: '¿No se ha escondido David entre nosotros?'
Dios mío, sálvame por tu Nombre, defiéndeme con tu poder.
Dios mío, escucha mi súplica, presta atención a las palabras de mi boca.
Porque gente soberbia se ha alzado contra mí, hombres violentos atentan contra mi vida, sin tener presente a Dios. Pausa
Pero Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén:
que el mal recaiga sobre mis adversarios, ¡destrúyelos, Señor, por tu fidelidad!
Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu Nombre, porque es bueno,
porque me has librado de todos mis adversarios y he visto la derrota de mis enemigos.
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