Versículos del Salmo 56 del libro de Salmos de la Biblia.
Ten piedad de mí, Señor, porque me asedian, todo el día me combaten y me oprimen:
mis enemigos me asedian sin cesar, son muchos los que combaten contra mí.
Cuando me asalta el temor, yo pongo mi confianza en ti, Dios Altísimo;
confío en Dios y alabo su Palabra, confío en él y ya no temo: ¿qué puede hacerme un simple mortal?
Me afligen constantemente con sus palabras, sólo piensan en hacerme daño;
conspiran, se esconden y siguen mis rastros, esperando la ocasión de quitarme la vida.
¿Podrán librarse a pesar de su maldad? ¡Derriba a esa gente, Dios mío, con tu enojo!
Tú has anotado los pasos de mi destierro, ¡recoge mis lágrimas en tu odre!: ¿acaso no está todo registrado en tu Libro?
Mis enemigos retrocederán cuando te invoque. Yo sé muy bien que Dios está de mi parte;
confío en Dios y alabo su palabra;
confío en él y ya no temo: ¿qué pueden hacerme los hombres?
Debo cumplir, Dios mío, los votos que te hice: te ofreceré sacrificios de alabanza,
porque tú libraste mi vida de la muerte y mis pies de la caída, para que camine delante de Dios en la luz de la vida.
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